Please use this identifier to cite or link to this item:
https://repository.unad.edu.co/handle/10596/12238
Title: | Miradas colectivas de los departamentos de Norte de Santander y Arauca, municipios de Cúcuta, Sardinata y Arauca |
metadata.dc.creator: | Maldonado, José Mateo Carvajal, Yenny Patricia Moreno, Enith Marin, Laura Victoria Agudelo, Claudia Liliana |
Publisher: | Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD |
metadata.dc.date.created: | 2017-04-16 |
metadata.dc.language.iso: | spa |
metadata.dc.subject.keywords: | Comunidad Convivencia Conductas disruptivas Familia Sustancias Psicoactivas |
metadata.dc.format.*: | pdf application/pdf |
metadata.dc.type: | Diplomado de profundización para grado |
Abstract: | De acuerdo a los resultados arrojados en la aplicación del diagnóstico social participativo realizado por cada uno de los integrantes del grupo en sus respectivas regiones se evidenció las siguientes problemáticas psicosociales como son: Consumo de sustancias psicoactivas en adolescentes, abandono del Adulto mayor por el estado y su núcleo familiar, disfunción familiar, bullying y maltrato intrafamiliar por falta de comunicación asertiva y valores; estos son fenómenos sociales que afectan la comunidad y especialmente las relaciones intrafamiliares desde el desarrollo humano en forma individual y grupal, los diversos contextos de interrelación de los miembros de la familia influenciados por su ambiente, amigos, compañeros de colegio, vecinos, comunidad y cultura. El deterioro de la familia, los cambios sociales han llevado al desbordo de ciertas necesidades que requieren un acompañamiento adecuado. Respecto a la violencia, resulta un comportamiento evitable que obstaculiza la autorrealización humana. Galtung (1985) sustenta que es aquella situación en que dos o más individuos se encuentran en una confrontación en la cual una o más de una de las personas afectadas sale perjudicada, siendo agredida física o psicológicamente. El conflicto surge generalmente cargado con una valoración negativa, debido a que se confunde conflicto con violencia, es decir, con su patología (Planella, 1998); un conflicto puede resolverse también de forma no-violenta. Mientras la violencia no es innata en los seres humanos sino que es un aprendizaje, el conflicto sí es consustancial a la vida humana, algo natural y por tanto inevitable. El bullying puede presentar como características esénciales, en sus diversas manifestaciones, ataques cargados de violencia, agresividad, conflicto, intimidación o victimización de parte de los agresores hacia sus víctimas. Por otra parte, la situación de intimidación es aquella en la que una persona es agredida o se convierte en víctima cuando está expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otra persona o grupo de ellas, entendiéndose por acciones negativas tanto las cometidas verbalmente o mediante contacto físico y las psicológicas de exclusión. El maltrato contribuye a deteriorar aún más la interacción familiar al disminuir la posibilidad de establecer relaciones positivas, repetirse crónicamente y hacerse con ello más grave, y extenderse a las diversas relaciones que en el sistema familiar se producen. Además, suele darse una estrecha asociación entre la utilización de la violencia con los niños y su uso entre los adultos que con ellos conviven. Existen autores que fortalecen estas propuestas como Banduras (1987) que señala la “teoría del aprendizaje social” asegurando que el acto delictivo comienza con pequeñas acciones y va subiendo el nivel a medida que el menor “imita” con más frecuencias las actuaciones siendo comportamientos repetitivos junto al grupo con que se identifica; Así mismo Hirschi (1969) señala la “teoría de los vínculos sociales”, mediante la que explica que el joven inicia desde el ambiente familiar como acción social la comunicación, orientación, afrontar situaciones y las instituciones educativas fortalecen otros aspectos. Cuando estos dos primeros contextos presentan fallas el psicólogo debe estar preparado para aportar su participación. Siguiendo otras teorías (Hull, 1943; Pavlov, 1963) plantean “teoría clásica del dolor”, el sujeto lo enfrente de forma agresiva (estímulo-respuesta), Según Barbero S. y Pintor N. “teoría de la frustración” despierta sentimiento negativo llevando a la agresividad tanto física como verbal. El enfoque de intervención es necesario porque los jóvenes deben desaprender, la modalidad está vigente en varios entornos y lo más preocupante se vuelven metas propuestas que miden el valor (supuesto) entre el grupo que lo practica en busca de emociones para nivelar vivencias particulares que lo han conducido al estrés, ansiedad despierta una actitud de insensibilidad. Como indica nuevamente: La prevención de la delincuencia admite variadas posibilidades, en función tanto de los sucesivos momentos temporales en el desarrollo de las carreras delictivas (prevención primaria, secundaria y terciaria) como también de los distintos actores y contextos que intervienen en el delito “prevención en relación con agresores, víctimas, comunidad social y ambiente físico” según Garrido (2006). La violencia entra en los colegios como una cátedra impartida por el más fuerte, cuya misión es vulnerar los derechos de los jóvenes más indefensos dentro de las instituciones. Viene radicado en el agresor a causa de factores externos a la institución y la sistematización de violencia dentro de las aulas por simple capricho. Los programas preventivos son una opción para mitigar los riesgos de conductas delictivas que no solo nacen sino renacen, la prevención del delito es un conjunto de políticas y mecanismos que adoptamos para realizar la propuesta en cada escenario. Siendo a su vez estrategias que se planean para cambiar una realidad donde existe el compromiso social. Otra problemática tratan el abandono en el adulto mayor posteriormente puede desencadenar daños psicológicos, emocionales que en muchas ocasiones llevan a estas persona a tomar decisiones que no son las más adecuadas, esto porque ya no experimentan afecto, sienten que solo son una carga tanto para sus familias como para la sociedad, experimentan ausencia de comunicación lo cual puede llegar a crear un desequilibrio y genera un impacto trascendental en su vida. El abandono de la familia genera en adulto mayor cambios emocionales y psicosociales que conllevan a una pérdida de sentido de la vida misma, conduciéndolos a la decadencia y el deterioro físico mental, generando depresión, stress, aislamiento y cambios repentinos de humor. |
URI: | https://repository.unad.edu.co/handle/10596/12238 |
metadata.dc.subject.category: | Psicología |
metadata.dc.coverage.spatial: | udr_-_Cúcuta |
Appears in Collections: | Diplomado Desarrollo Humano y Familia |
Files in This Item:
File | Description | Size | Format | |
---|---|---|---|---|
88158168 .pdf | articulo principal | 490.87 kB | Adobe PDF | ![]() View/Open |
Items in DSpace are protected by copyright, with all rights reserved, unless otherwise indicated.